top of page

Aún estoy aquí: el militarismo brasileño y la memoria colectiva desde el cine

18 mar 2025

Yun Blancas

Voluntaria en Global Thought

Introducción

La dictadura militar en Brasil dejó heridas profundas en la sociedad que aún persisten en la memoria colectiva. Si bien se han realizado esfuerzos para esclarecer los crímenes del régimen y dignificar a las víctimas, el proceso de reparación aún no termina. En este contexto, el cine ha desempeñado un papel clave en la reconstrucción de la memoria histórica. La película Aún estoy aquí, basada en las memorias de Marcelo Rubens Paiva, retoma la historia de una familia que sufrió la represión del régimen militar, humanizando las cifras de víctimas y denunciando los efectos duraderos de este periodo en la sociedad brasileña. La cinta Aún estoy aquí reabre la conversación sobre la presencia de las Fuerzas Armadas en Brasil, y su impacto radica en el resguardo de la memoria histórica y la exposición de la persistencia del legado militar en la sociedad brasileña.


I. Contextualización de la dictadura militar en Brasil


En los años 60 Brasil atravesó una dictadura desembocada tras un golpe de Estado contra el presidente democráticamente elegido João Goulart. El golpe de Estado en Brasil fue el primero de la región que inició el ciclo de dictaduras de seguridad nacional. Goulart era miembro del Partido Trabalhista Brasileiro (PTB) y tenía una agenda de izquierda que no era aprobada por el ejército y los miembros del partido conservador de la Unión Democrática Nacional.


Tras el golpe de Estado, se instauró un régimen militar que se caracterizó por la represión política, censura y control social y el papel de las Fuerzas Armadas como símbolo de orden y control. Ultimadamente, la violencia fue un instrumento empleado por el Estado. “El modelo brasileño se basó en la represión selectiva, el uso generalizado de la tortura y la prisión política. Por primera vez, se planificó y llevó a cabo una política oficial de exterminio, desaparición forzada y masiva de personas” (Ministerio Público Fiscal, 2025).    


Después de casi 21 años el deterioro del régimen junto con la pérdida de legitimidad política, facilitó una apertura democrática gradual. Sin embargo, la transición hacia la democracia estuvo determinada en gran medida por la propia junta militar, que aprobó una ley de amnistía en 1979 que protegía de la persecución tanto a los disidentes como a los militares. No fue sino hasta 2011, 26 años después del fin de la dictadura, que se creó la Comisión Nacional de la Verdad (CNV) bajo el mandato de la presidenta Dilma Rousseff, quien también fue víctima de la violencia del régimen, sufriendo detenciones y torturas por parte del Estado. En 2014 la CNV informó que había 421 casos de personas que murieron o desaparecieron por la acción de agentes del gobierno militar (1964-1985); sin embargo, se cree que la cifra puede ser mucho mayor, dejando un enorme vacío en el reconocimiento de las víctimas y sus familiares.


 II. Un retrato histórico a través del cine: la importancia de no olvidar y humanizar las cifras


Aún estoy aquí (Ainda Estou Aqui titulo original en portugués), galardonada como mejor película internacional en los premios Oscar 2025, es un testimonio de la resistencia y la memoria, una denuncia contra el olvido y una advertencia sobre la fragilidad de la democracia. Situada en Río de Janeiro en 1970 la película sigue la vida de la familia Paiva que a pesar de la invasión de los militares en la vida cotidiana, mantienen una dinámica familiar alegre.


Lo anterior cambia cuando el padre Rubens Paiva, ex congresista del PTB, es desaparecido por la dictadura militar y su familia jamás lo vuelve a ver. A partir de este punto la historia se centra en la madre de la familia, Eunice Paiva, que tras la desaparición de Rubens retoma sus estudios en leyes y se convirtió así en defensora de los derechos humanos y la justicia. La misión de Eunice es entonces conseguir el certificado de defunción de su marido donde se reconociera la violencia perpetrada por el estado y ayudar a las demás víctimas en las mismas situaciones. La película está basada en el libro con el mismo nombre Aún estoy aquí escrito por Marcelo Rubens Paiva, hijo de Rubens y Eunice. 


Desde su estreno en noviembre del 2024, la película obtuvo una muy buena recepción por parte del público brasileño e internacional. En Brasil se convirtió en la película más taquillera desde la pandemia y ya se encuentra entre los diez mayores éxitos de taquilla de todos los tiempos del país.  Gran parte de su éxito se debe a su papel en el debate sobre la interpretación de los 21 años de gobierno militar del país, reabriendo la conversación y exponiendo cómo los intentos de negar o ignorar esas desapariciones tienen efectos duraderos en quienes sobrevivieron. 


III. Memoria histórica 


El olvido histórico fue parte del legado de la dictadura, reforzado por la ley de amnistía que impidió juzgar a los responsables. Marcelo Rubens Paiva fue motivado a comenzar a escribir su libro ya que empezó a percibir que Brasil estaba perdiendo su memoria colectiva, materializada con el surgimiento de la extrema derecha. El libro se publicó en 2015 y en 2019 el oficial militar Jair Bolsonaro ascendió al poder ejecutivo. En una entrevista el director, Walter Salles compartió que el film empezó como un reflejo de un pasado que consideraban no había sido suficientemente representado, pero conforme se avanzó con el rodaje se dieron cuenta que también estaban retratando la realidad. Dicha percepción de que la película hablaba del momento presente con urgencia unió y motivó al equipo realizador. La cinta utiliza un recurso narrativo que a través del retrato de una familia por 20 años se logra también pintar el panorama del país donde muestra los métodos autoritarios para mantener a la población controlada, y la táctica totalitaria de hacer que la gente dude de lo que sabe difundiendo mentiras. Finalmente, se destaca  el papel de las artes en crear memoria y ofrecer reflejos de lo que se vive así como ofrecer la posibilidad de cuestionar el presente.


Conclusión 


Concluyendo, el impacto de Aún estoy aquí radica en su capacidad para rescatar la memoria histórica y advertir sobre la persistencia del legado militar en Brasil. La cultura tiene un enorme poder y papel retratando lo que vive una sociedad. La buena recepción de la película, nacional e internacionalmente, habla sobre un tema que no se ha quedado del todo en los años 60 y sigue moviendo a las personas. Marcelo Rubens Paiva expresó “creo que todo este movimiento ha hecho reflexionar a la sociedad, especialmente a los jóvenes, sobre qué tipo de país quieren”. Finalmente, el impacto que ha tenido Aún estoy aquí muestra el poder del arte como medio para comunicar, manifestar inconformidad, llamar a la acción y reflejar las experiencias de una sociedad.  



Referencias


Didyme-Dôme, A. (2025). Crítica: Aún estoy aquí. Rolling Stone. https://es.rollingstone.com/critica-aun-estoy-aqui-ainda-estou-aqui/


Ionova, A. Nicas, J. (2025). ‘Aún estoy aquí’ desata una nueva lucha por la justicia en Brasil. New York Times. https://www.nytimes.com/es/2025/03/01/espanol/america-latina/aun-estoy-aqui-desata-una-nueva-lucha-por-la-justicia-en-brasil.html

 

Paredes, M. (2025). La historia real de ‘Aún estoy aquí’, la peli nominada al Oscar que retrata la dictadura en Brasil. Animal Político. https://animalpolitico.com/tendencias/entretenimiento/aun-estoy-aqui-pelicula-estreno-hisotria-real-y-mas


Wilkinson, A. (2025). Reseña de ‘Aún estoy aquí’: cuando la política invade un hogar feliz. New York Times. https://www.nytimes.com/es/2025/02/09/espanol/cultura/aun-estoy-aqui-resena.html


Copyright © 2020 Global Thought . All rights reserved.

bottom of page