Trump gana las elecciones presidenciales de 2024 Esta semana, Donald J. Trump fue declarado ganador de las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, logrando así un segundo mandato en la Casa Blanca. Tras una campaña altamente polarizada y con temas clave como la economía, la seguridad fronteriza, la política exterior y la crisis migratoria en el centro del debate, Trump consiguió una victoria sobre el actual presidente Joe Biden, marcando su regreso a la presidencia luego de su primer término de 2017 a 2021.
Trump ganó los estados clave de Wisconsin y Pensilvania, con un total combinado de 29 votos electorales, lo que le permitió obtener los 270 votos necesarios para ganar la presidencia. A las 5:34 am ET del miércoles, Trump tenía un total de 277 votos electorales.
Más de la mitad de los hispanos partidarios apoyaron a Harris, pero esa cifra fue ligeramente inferior a los 6 de cada 10 que respaldaron a Biden en 2020. El apoyo a Trump entre esos grupos pareció aumentar ligeramente en comparación con 2020. En conjunto, esos pequeños avances dieron como resultado un resultado descomunal.
Los resultados reflejan un respaldo significativo a las políticas y posturas de Trump entre los votados en varios estados clave, especialmente en zonas rurales y del sur de Estados Unidos. La participación electoral fue alta, con ambos candidatos movilizando a millones de personas a las urnas en una de las contiendas más observadas de los últimos años.
La victoria de Trump sobre la vicepresidenta Kamala Harris lo convierte en el primer expresidente que regresa al poder en mandatos no consecutivos desde que Grover Cleveland recuperó la Casa Blanca en las elecciones de 1892. También es el primer criminal convicto en ganar el cargo electo más importante de Estados Unidos.
En el Congreso, los republicanos también recuperaron el Senado de Estados Unidos, pero el control de la Cámara de Representantes sigue sin estar claro.
El regreso de Trump a la presidencia ha generado reacciones diversas en el ámbito internacional. Algunos países esperan un fortalecimiento de los lazos con Estados Unidos, mientras que otros, especialmente en Europa y América Latina, anticipan desafíos diplomáticos. En el ámbito nacional, el resultado electoral refleja una nación profundamente dividida y plantea interrogantes sobre el futuro de la política en Estados Unidos y la capacidad de reconciliación entre sus diferentes sectores.
El presidente electo, Donald Trump, asumirá el cargo en enero de 2025, marcando una nueva etapa en la política estadounidense.
Finaliza la COP16 Esta semana culminó la 16° Conferencia de las Partes (COP16) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, celebrada en Cali, Colombia. Durante el evento, representantes de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, líderes indígenas, y activistas de más de 190 países discutieron y negociaron acuerdos para enfrentar los crecientes desafíos del cambio climático en América Latina y a nivel internacional.
Entre los logros más destacados de la COP16 en Cali, se establecieron nuevos compromisos para la protección de la Amazonía y otros ecosistemas clave en la región. Se acordó destinar mayores recursos para la conservación y restauración de áreas forestales, vitales para la absorción de carbono y la biodiversidad, así como medidas para proteger a las comunidades indígenas y locales que dependen de estos ecosistemas. El acuerdo promueve la implementación de programas de conservación, así como el financiamiento de proyectos sostenibles que permitan reducir la deforestación y mitigar sus efectos.
Asimismo, se impulsaron compromisos para fortalecer el financiamiento climático y facilitar el acceso a fondos de países en desarrollo. Con esto, se busca apoyar a las naciones de América Latina y el Caribe en la transición hacia energías renovables, así como en la adaptación y mitigación ante eventos climáticos extremos que afectan de manera particular a la región.
La misión de la COP16, dos años después del acuerdo de Kunming-Montreal en la COP15 celebrada en la ciudad canadiense, era potenciar los tímidos esfuerzos del mundo por aplicar esta hoja de ruta diseñada para salvar el planeta y a los seres vivos de la deforestación, la sobreexplotación, el cambio climático y la contaminación, todos ellos causados por la actividad humana. Pero luego de 12 días de negociaciones tras arrancar el pasado 21 de octubre la presidencia no logró que los países ricos, emergentes y en desarrollo dieran su “brazo a torcer” en los dos puntos más tensos: cuáles serán las reglas para monitorear la aplicación de esta hoja de ruta y cómo lograr el objetivo de aumentar hasta 200.000 millones de dólares anuales el gasto mundial para ponerla en marcha.
El cierre de la COP16 marca un punto crucial para América Latina, que enfrenta una gran vulnerabilidad frente a la crisis climática. La implementación de los acuerdos dependerá de la colaboración entre los países de la región y del seguimiento efectivo en los próximos años.
Si quieres saber más sobre la COP16 puedes ir al siguiente enlace: https://www.instagram.com/p/DBuDYzlTcwD/?igsh=bGQxYnNoNGZqMWJ4
Biden apresura la entrega de recursos a Ucrania antes de concluir su mandato
Durante la campaña presidencial, Trump se lamentó con frecuencia del coste del apoyo militar estadounidense y dijo en repetidas ocasiones que podría poner fin a la guerra “en un día”. Es muy improbable, pero Moscú y Kiev se están preparando ahora para un enfoque muy diferente al de Washington, y la Casa Blanca ya está planeando enviar miles de millones de dólares en ayuda a Ucrania en los dos últimos meses del mandato de Joe Biden.
El Pentágono confirmó los planes del presidente estadounidense Joe Biden de utilizar los fondos restantes para la ayuda militar a Ucrania, dijo la subsecretaria de prensa del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Sabrina Singh.
En otra conferencia de prensa, Singh confirmó que a Estados Unidos todavía le quedan 6.000 millones de dólares para la ayuda militar a Ucrania. De ellos, 4.000 millones proceden de las reservas del Pentágono y 2.000 millones de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La administración estadounidense planea enviar todo esto a Zelenski antes de la investidura de Donald Trump, ya que temen que imponga una prohibición a la continuación de la ayuda militar a Ucrania.
Un gran obstáculo para que esa ayuda llegue pronto a los mercados es que Estados Unidos sólo puede enviar equipos que ya tiene en existencia. Si bien el dinero asignado reembolsa al Pentágono por ese equipo, depende de la rapidez con la que se puedan producir o contratar nuevos proyectiles y armas de artillería para reemplazarlos.
Zelensky dijo el miércoles que, en su reunión de septiembre, él y Trump “discutieron en detalle la asociación estratégica entre Ucrania y EE.UU., el Plan de Victoria y las formas de poner fin a la agresión rusa contra Ucrania”.
Aun así, en una entrevista, Zelensky reconoció que “el próximo presidente de EE.UU. puede fortalecer o debilitar el apoyo a Ucrania”.
Netanyahu destituye a ministro de Defensa Gallant
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, destituyó este martes (05/11) a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por discrepancias en la gestión de la guerra en Gaza, y nombró su sustituto al hasta ahora titular de Exteriores, el polémico Israel Katz.
En un largo comunicado, Netanyahu afirmó que existen "brechas significativas" entre Gallant y él en la gestión de la campaña militar en Gaza y que "estas brechas fueron acompañadas de declaraciones y acciones que contradicen las decisiones del Gobierno y las decisiones del Gabinete".
El despido de Gallant ya ha provocado protestas en las calles de Tel Aviv y los líderes de la oposición han convocado manifestaciones públicas más amplias.
Netanyahu y Gallant mantienen desde hace tiempo una relación de trabajo conflictiva, y durante el último año ha habido informes de peleas a gritos entre los dos hombres por la estrategia de guerra de Israel en Gaza.
Gallant defendía que se debería dar prioridad a un acuerdo de liberación de rehenes con Hamás antes de continuar la guerra, una postura rechazada por el primer ministro.
Netanyahu despidió a finales de marzo de 2023 a Gallant como ministro de Defensa, un día después de que el miembro del Likud pidiera que se suspendiera su reforma judicial ante las divisiones sociales que estaba generando, para luego volver a readmitirle debido a la presión popular, ya que provocaron las manifestaciones más multitudinarias de Israel.
Los observadores señalan que la destitución de Gallant también se produce en un momento en que Netanyahu está bajo la presión de los políticos de extrema derecha para aprobar un proyecto de ley que permita que los ciudadanos ultraortodoxos de Israel sigan exentos de servir en el ejército.