El 22 de octubre de 2023, Argentina celebró elecciones generales para elegir al presidente, al vicepresidente, a los gobernadores de la mayoría de las provincias y a los miembros de la asamblea nacional, concretamente 130 diputados de la cámara baja y 24 parlamentarios nacionales. Los funcionarios electos asumirán el poder el 10 de diciembre.
Los argentinos acudieron a las urnas el domingo para emitir sus votos en una elección nacional polémica en la que un radical libertario de extrema derecha tomó la delantera a pesar de la peor crisis económica que ha experimentado el país en 20 años y el creciente descontento de la población.
Massa obtuvo el 36,6% de los votos, por delante de Milei con poco más del 30%, mientras que la conservadora Patricia Bullrich quedó atrás con el 23,8% y cerca del 98% de los votos contados, un resultado que desafió las encuestas preelectorales que habían predicho una victoria libertaria.
¿Quiénes son los presidenciables que pasaron a balotaje?
Javier Milei, el líder populista de extrema derecha del partido Liberty Advances, de 52 años, fue el excéntrico favorito en las primarias de agosto. Milei se identifica como un “anarcocapitalista” y ha sido comparado con figuras de extrema derecha como Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil. Las políticas económicas radicales de Milei están ganando popularidad entre los argentinos. Él cree en abolir el banco central de Argentina y deshacerse del peso argentino en favor del dólar estadounidense, como lo han hecho países más pequeños como Ecuador y El Salvador.
Sergio Massa, de 51 años, es el actual ministro de Economía y el principal candidato de “unidad” de la coalición gobernante peronista, ahora llamada Unión por la Patria. Massa, un centrista pragmático, ha sido criticado por la izquierda por recortar el gasto social, mientras que los conservadores dicen que no está haciendo lo suficiente para reducir el déficit fiscal.
Con dos polos opuestos compitiendo entre sí, es probable que las divisiones se profundicen en las cuatro semanas previas a la segunda vuelta, en lo que ya es un momento muy difícil para la economía de Argentina. Quien gane la segunda vuelta tendrá una enorme tarea entre manos: ganarse a un país harto de la política, que está lleno de gente desesperada porque su economía mejore.
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