El 7 de octubre, Hamás llevó a cabo ataques aéreos sin precedentes sobre Israel. Cientos de alertas antiaéreas, más de 7.000 cohetes lanzados según Hamás en los primeros compases y una campaña constante a gran escala durante las siguientes horas. caracterizaron la operación bautizada como “Inundar Al-Aqsa”. Hamás ha publicado un comunicado en el que afirma que el momento de acabar con Israel ha llegado y que esta operación es una respuesta a las constantes violaciones contra el pueblo palestino. Hamás directamente afirma que “toda cooperación entre las fuerzas Israelíes y la Autoridad Palestina se ha acabado” y que expulsarán a Israel de los territorios ocupados.
Hamás aseguró tener más de un centenar de rehenes israelíes y un alto cargo de la organización islamista Hamás, Musa Abú Marzuk, afirmó que tienen como rehenes a más de un centenar de israelíes, incluidos altos mandos militares, según la prensa israelí. Eso, sumado a los otros 30 rehenes en manos de Jihad Islámica en donde el número de retenidos en manos de los islamistas palestinos suma 130. Ambas organizaciones exigen la liberación de todos los presos palestinos para devolver a los ciudadanos israelíes.
Es importante mencionar que pocos meses antes de la operación “Inundar Al-Aqsa” se habían vivido choques con Israel en Cisjordania tras el lanzamiento de operaciones militares israelíes en Jenín, así como acontecimientos críticos en los que Israel mató a periodistas y civiles.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Galant afirmó el día lunes que el Gobierno liderado por Benjamín Netanyahu ordenó el bloqueo total de la franja de Gaza. Según Galant, Israel ha impuesto un bloqueo para que la Franja se quede “sin electricidad, sin comida, sin combustible”. El ministro ha justificado la medida como parte de una batalla contra “personas que son bestias”.
Este bloqueo total de la franja de Gaza, anunciado el lunes por Israel está "prohibido" en virtud del derecho internacional humanitario, ha declarado este martes la ONU, el CICR y otras organizaciones internacionales como Amnistía Internacional. Ese bloqueo incluye no solo el corte de suministros como la electricidad y el agua, sino también los alimentos.
"La imposición de bloqueos que ponen en peligro la vida de civiles privándoles de bienes esenciales para su supervivencia está prohibida por el derecho internacional humanitario”, ha recordado el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, en un comunicado.
El presidente de EE UU, Joe Biden, reaccionó al poco tiempo del ataque: "Los Estados Unidos condenan inequívocamente este atroz ataque contra Israel por parte de terroristas de Hamás". El presidente ha afirmado haber hablado con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para reiterarle que el apoyo de Estados Unidos a Israel es firme e inquebrantable y que su Gobierno está listo para ofrecer a Tel Aviv todo el apoyo que sea necesario.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha repasado las líneas maestras de la política exterior rusa hacia el conflicto israelí-palestino en su encuentro en Moscú con el primer ministro iraquí, Mohammed Shia al Sudani, y ha insistido en que la solución a este enfrentamiento pasa por el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y la creación de un Estado palestino “independiente y soberano”.
Tras esta grave situación humanitaria, varios países europeos han restringido las manifestaciones en apoyo a Palestina. En el Reino Unido, el Gobierno de Rishi Sunak ha sugerido que blandir una bandera palestina sea considerado delito, un movimiento controvertido que puede no tener encaje legal. En Francia, el Ministerio del Interior ha prohibido las manifestaciones pro-palestinas porque, según ha asegurado su titular, Gérald Darmanin, “pueden generar alteraciones del orden público”.
Por otro lado, miles de personas han participado en manifestaciones propalestinas en varios países cercanos a Israel y a la franja de Gaza. En Iraq, los dirigentes chiíes han congregado a decenas de miles de iraquíes, que se han concentrado en el centro de Bagdad en solidaridad con los palestinos de Gaza y en protesta por la "agresión" de Israel, cuya bandera han quemado y pisoteado repetidamente. Durante la marcha, que diversos medios y agencias tildan de "masiva", los iraquíes han criticado el "silencio occidental" ante el asedio israelí de la Franja con lemas como "muerte a Israel, muerte a Estados Unidos".
Los iraquíes no han sido los únicos que han salido a la calle. En Jordania, centenares de personas se han concentrado en la capital, Amán, pero especialmente en la frontera jordano-palestina, pese a la prohibición expresa de las autoridades para evitar posibles altercados en la zona. Los participantes ondeaban banderas jordanas y palestinas, y se han coreado lemas de apoyo a la resistencia palestina. En Beirut, la capital libanesa, que ha acogido una importante congregación de cientos de personas con banderas palestinas, se han gritado consignas contra los actos israelíes y en solidaridad con la gente de Gaza.
Las manifestaciones han coincidido con el día de la oración musulmán. En El Cairo, capital de Egipto, centenares de ciudadanos se han reunido tras el rezo multitudinario en la principal mezquita de la ciudad.
Las organizaciones de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI) han denunciado que el ejército israelí está utilizando municiones de fósforo blanco en su ofensiva contra Hamás en Gaza y Líbano. Sin embargo, la oficina de prensa del ejército lo ha negado.
La acusación fue lanzada el pasado miércoles por la Autoridad Nacional Palestina. HRW y AI afirmaron el jueves que, tras analizar vídeos de los ataques israelíes en Gaza y Líbano, habían confirmado el uso de ese componente disparado con artillería. HRW apuntaba a su uso en el puerto de la ciudad de Gaza y en dos localizaciones rurales en la frontera entre Israel y Líbano".
En la última actualización, el ejército israelí ha dado esta madrugada la orden de que todos los palestinos que viven en el norte de la franja de Gaza abandonen la zona en 24 horas “por su propia seguridad y protección”. El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, ha alertado de que implica desplazar a 1,1 millones de personas, cerca de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de la Franja, incluyendo la ciudad de Gaza. El portavoz ha pedido a las autoridades israelíes que den marcha atrás para “evitar que la situación se convierta en un desastre”. Hamás ha advertido a la población gazatí que ignore la alerta israelí, que ha calificado de “falsa propaganda”.
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